Despertar con resaca es malo, despertar con resaca en un lugar que no conoces es peor, sin embargo si además de todo eso, lo haces en el suelo de un garage donde un par de chavales que pretenden ser los nuevos Green day van a ensayar sus nuevas canciones punk de 3 minutos, entonces amigo estas cruelmente jodido: los chavales observan mi fofo cuerpo, inconsciente por el exceso de bebida, y , siempre educados, acercan un amplificador hasta mis oídos…Acto seguido un riff de guitarra creado por un chaval de 17 años con su Fender atraviesa mi cabeza, y me hace despertar gritando con el corazón a punto de estallar… Aunque por otro lado esos hijos de puta me han quitado la resaca de un plumazo.
He de ser sincero, no tengo ni idea de donde estoy. Lo único que sé es que ayer, Al y yo chapamos el bar, y Matt Dillon nos invito a un cutre fiesta en algún lugar alejado de la mano de Dios. Después de mi discusión con Cristina, no quería estar rodeado de gente, solo tenia ganas de estar en casa, borracho, solo, y con mis discos de Paul Weller y Jonathan Richman, que son los únicos que me comprenden y nunca me dicen nada malo. Pero no le puedes negar a Matt Dillon mas de tres veces antes del amanecer, porque si cabreas a un barman es posible que este nunca te vuelva a invitar a un copa, y eso para un borracho como yo es terrible. Así que aceptamos… y a partir de ahí no recuerdo nada mas…bueno, en realidad sí: estuve hablando con una chica bastante guapa que me rechazó por algo que dije o vomité, además me puse ridículamente contento cuando empezó a sonar Surrender de Cheap Trick, (porque me encanta, y debería gustaros a vosotros también si teneis buen gusto musical).
Ahora mismo me encuentro en medio de la nada, esperando un ruinoso autobús que me devuelva a la civilización, los chavales pijo-punk han sido tan amables de traerme hasta aquí, a cambio de unos cuantos LSD que, por alguna extraña razón habían acabado en mi bolsillo (¿serian de Matt Dillon?). Empiezo a escuchar una canción que me es familiar: es Company of my back de Wilco, la estuve escuchando durante toda una noche, una y otra vez (estaba melancólico porque me había dejado una chica de cuyo nombre ya no me acuerdo), la melodía procede de un destartalado autobús que viene hacia mi, se abren sus puertas, y descubro que su conductor es Jeff Tweddy:
-¿Cómo es posible que seas tú? ¿no deberías estar en algún lugar de Chicago componiendo alguna temazo sobre corazones rotos y demás tópicos?- le pregunto a Jeff Tweddy el conductor.
-Sí, pero esto es una alucinación producida por tu subconsciente así que es mejor que no te extrañe nada. Venga sube, te voy a llevar a casa- me responde Jeff con su cara de buenazo psicótico.
Entro en el autobús creado por mi mente y me dirijo al final donde esta sentado Ron Sexsmith dándole un retoque a su guitarra:
¿Qué tal estas Ron?- le pregunto.
Mucho mejor que tú por lo que veo, ¿has escuchado “All in good time”?, hablo de ti- me dice Ron.
Lo sé, por eso es tan buena canción- contesto lo único lucido que se me ocurre decir en esta alucinación.
¿Respóndeme a esta pregunta?, ¿porque no te quejas mas a menudo?- el Jeff Tweddy conductor vuelva al ataque.
No es muy maduro, ¿no crees?- gimoteo con resignación.
¿Lo es mas callárselo todo?, ¿dejarlo metido en tu interior hasta que te desborde?. Sabes, eres básicamente un gilipollas que está perdiendo el tiempo mirando al infinito, observando pasivo lo que te ocurre alrededor …Hazte un favor a ti mismo, y empiezo a gritar mas, a enfadarte, a odiar a las mujeres que te han roto el corazón, llámalas putas si quieres pero reacciona de un puta vez, coño. La música pop no lo puede hacer todo por ti... – parece que Jeff está cabreado…
…Y yo no puedo hacer nada más que escuchar y esperar a que acabe este viaje de vuelta a casa.
Ya en la gran ciudad, solo recuerdo un último consejo dado por el Jeff Tweddy de mi subconsciente antes de desvanecerse: “Escucha mas a los Jayhawks no están mal… pero no demasiado, son unos blandos”. Desgraciadamente no me da mucho tiempo a pensar en esas sabias palabras, porque un coche se salta un semáforo en verde, y me embiste sin mucha fuerza pero con muy mala leche, acabando yo encima del techo del vehículo….
…Y aquí es donde empieza la parte romántica de esta historia.
